Por Cecilia Moreau (*) – Columna de la Agencia Télam
El cierre de listas es un hecho consumado y el panorama político de cara a octubre nos muestra, sin lugar a dudas, que hay en pugna dos modelos de país.
Tengo la certeza de que nuestro armado de listas representa, la necesidad de miles de argentinos de dar un salto por encima de las individualidades para poner adelante la voluntad de caminar sobre las coincidencias.
De un tiempo a esta parte, en las calles, la sociedad nos ha reclamado que dejemos de lado los personalismos y que tengamos gestos de unidad, que es más importante salir de la crisis, que discutir los problemas endogámicos de la política. Ese reclamo, que muchas veces en distintos momentos se ha volcado por distintos medios, en este momento crucial de la Argentina emergió como un llamado necesario a la reflexión.
Quienes creemos en la política, y sobre todo en la democracia, creemos que hay momentos claves que requieren de gestos de cara a la sociedad que exceden las vanidades. Hay, a lo largo de la historia argentina, numerosas muestras de acercamientos políticos que supieron poner a un costado las diferencias y hacer del encuentro un mensaje claro y contundente.
La situación social actual amerita que la dirigencia política esté a la altura y ofrezca a los argentinos un porvenir centrado en acuerdos básicos de crecimiento. Estamos seguros y convencidos que esa es nuestra principal oferta para recomponer el tejido social, desmembrado durante los últimos años por una política destinada a ver los derechos conquistados como un exceso.
Ante este panorama y el claro recrudecimiento de la posición que toma el Gobierno, que sin dudas pretende profundizar la brecha social, porque están convencidos de que el ajuste es el camino, quede quién quede afuera, nuestra decisión política es mostrar que nuestro país puede salir de la crisis siendo productivo, generando empleo y garantizando niveles de democracia.
Es mentira que esta elección propone la disputa entre el «caos» o la «República». Ni quienes creemos que este gobierno fracasó somos el caos, ni quienes están en el gobierno encarnan la República. La elección no va a pasar por ese lugar, sino por quienes estamos dispuestos a ampliar derechos con umbrales de crecimiento y quienes quieren ampliar derechos solo para sus amigos.
De ahora en adelante, tenemos un desafío: seguir convenciendo a aquellos descreídos, demostrar que la crisis se supera con otro modelo, que es con todes y para todes y que eso no implica perder individualidad, sino ceder en pos de un beneficio para todes.
La política es la herramienta de transformación de las sociedades y la democracia la mejor manera de canalizar demandas. Por eso creemos que la política tiene que resolver la demanda de un país mejor. Necesitamos tender puentes y aportar lo mejor de cada uno, acentuando las coincidencias y también trabajando sobre las diferencias.
En estos meses Argentina se debatirá entre dos modelos y no tengo dudas de cuál es el que resultará victorioso. En estos meses tenemos que convencer, pero también escuchar. No hay una propuesta de recetas mágicas, sino el aporte de distintos sectores. Y después del 10 de diciembre tendremos la obligación moral de seguir construyendo y reconstruyendo el país en base a acuerdos básicos y mejorando en la diferencia.
Con la convicción democrática de que tenemos que aportar lo mejor para poder superar el fracaso de la crisis de este gobierno, y que seremos mejores si discutimos sobre ideas, vamos en busca de un sueño, que es dejarles a las próximas generaciones un país cada vez mejor.
(*) Actual diputada nacional del Frente Renovador. Candidata para renovar su banca por el Frente de Todos.