Aníbal Fernández busca alearse rápidamente de las disputas entre quienes fueron sus competidores de la interna del FPV. Además, confirmó conversaciones con el delasotismo.
Los últimos días de la campaña kirchnerista para la Provincia se había transformado en hervidero: declaraciones y acusaciones cruzadas que levantaron la temperatura entre los precandidatos Aníbal Fernández y Julián Domínguez.
Luego de las elecciones, donde el jefe de Gabinete se impuso ante el presidente de la Cámara de Diputados por dos puntos, los protagonistas buscan dar gestos de unidad que fortalezcan la propuesta K ante las buenas performances del PRO y del Frente Renovador.
Es por eso que, después de haber mantenido un encuentro con la dupla vencida en la interna y de haberse mostrado con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Fernández aseguró que «con Fernando [Espinoza] y con Julián somos amigos”.
«Con Fernando y con Julián somos amigos desde hace muchos años; el caballo, cuando llega a la meta, se relaja», sostuvo el funcionario nacional en su habitual ronda de prensa con los periodistas en la Casa Rosada.
Además, el ganador de la interna deslizó una autocrítica y aseguró que “si cometí algún error que pudo lastimar al otro, lo mejor fue pedir perdón y hacer las cosas juntos, sin facturar, sino termina siempre mal. Me llamó Domínguez y luego Fernando (Espinoza), así que nos juntamos».
Por otro lado, hizo un análisis del escenario que se abre a nivel nacional y aseguró que existe la intención de acordar con el delasotismo de cara a octubre y confirmó que huno una comunicación de la Presidenta con el gobernador electo cordobés, Juan Schiaretti: «tiene más afinidad con nosotros que con el grupo de (Sergio) Massa», planteó.