En el discurso de apertura de las sesiones en el Congreso, el presidente de la Nación centró su discurso en la herencia recibida y habló de recuperar la «cultura del trabajo”.
Con un discurso que se dividió entre criticar a la herencia recibida por la gestión anterior y definir algunos ejes de acción a futuro, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, se dirigió al Congreso para abrir un nuevo periodo de sesiones extraordinarias, y aseguró que se encontró con un Estado «desordenado y mal gestionado».
Durante una hora y media, el mandatario indicó que la anterior fue una administración con «falta de planeamiento, corrupción y desidia» que lo hicieron tener «poca o nula capacidad para atender sus obligaciones», y con más recursos que «no implicaron mejoras en escuelas, hospitales y seguridad», ni «permitieron reducir los problemas estructurales de la pobreza y la indigencia».
«Hemos encontrado un Estado plagado de clientelismo y un Estado al servicio de la militancia política y de destrucción de la carrera de los trabajadores públicos”, lanzó Macri, y agregó que en la Argentina «no creció el empleo en los últimos años tanto por la inflación como por los impuestos y por las malas políticas aplicadas».
A la hora de los anuncios, el jefe de Estado sostuvo que va a «proponer la devolución del IVA para los productos de la canasta básica alimentaria» y a «ampliar la asignación universal por hijo para llegar cada vez a más niños».
Además, confirmó que impulsará la reforma de la Justicia, para mejorar «su independencia» y «funcionamiento» y, en ese marco, le pidió al Congreso que se «avance» en la designación de los jueces de la Corte Suprema, para normalizar su funcionamiento.