Con la presencia del secretario de Gobierno, Fernando Pérez, quien con su posible salida había generado una crisis en el Municipio, el intendente buscó salir airoso de la situación.
Luego de que la renuncia del secretario de Gobierno, Fernando Pérez, despertara voces de alarma en Quilmes, el intendente de esa ciudad, Martiniano Molina, difundió una foto en la que se lo vio trabajando junto al funcionario, una movida con la que buscó mostrar el control de una situación que se había vuelto demasiado compleja.
La marcha atrás tuvo lugar luego de la polvareda que había levantado la dimisión del dirigente radical, un hecho que había provocado un cimbronazo en un distrito conflictivo y que, en los primeros días de la nueva gestión, ya quedó varias veces en el centro de las críticas.
Ante esta cuadro de situación, desde el Municipio quilmeño buscaron moverse con celeridad y difundieron una imagen en la que se va a Molina junto a Pérez y los secretarios de Legal y Técnica, Guillermo Sánchez Sterli; el Jefe de Gabinete, Ariel López; y el de Hacienda, Tomás Molina.
En el encuentro, puramente político, los funcionarios enviaron el mensaje de “continuar avanzando en el plan estratégico de la ciudad” y pusieron el acento en “las prioridades de obras para los próximos años en vista a la reunión que se mantendrá próximamente con las principales autoridades de la Subsecretaría de Planeamiento de la Nación”.