06-12-2013

Coqui sin careta

Por Alfredo Leuco (*) – Columna de «Bravo punto Continental»

Alfredo Leuco 1

El martes 26 de noviembre escribí y dije en este espacio una columna titulada: «Coqui se escribe con dos K». Se puede entrar a la página de Radio Continental y confirmarlo. Empezaba así: «Hay varias preguntas inquietantes para hacer respecto del rol que está jugando Jorge Milton Capitanich, más conocido como El Coqui. La más provocadora es la siguiente: ¿Que pasará con su hiperkinesis de gestión el día que Cristina esté totalmente recuperada de su salud? ¿Volverá la Presidenta invisible de ahora a los viejos tiempos del dedito levantado y de la cadena nacional del relato permanente? ¿Bajará de un hondazo los humos presidenciales del ex gobernador del Chaco y lo mandará calladito al rincón de los Abal Medina, es decir de los mediocres e intrascendentes?»

La realidad demostró que, mucho antes de lo que se esperaba, la Presidenta lo bajó de un hondazo. Ayer, molesto y antes de partir raudo a Paraguay para atender un tema de mosquitos, casi como una película de ficción, al Coqui le salió Cristina por la boca. De pronto, ante el primer conflicto grave las palabras moderadas y prudentes de Capitanich fueron habladas por Cristina. Córdoba estaba en llamas y era tierra de nadie y Coqui ofendió la inteligencia de todos al mentir descaradamente. Dijo que era un mero conflicto salarial que debía resolver el gobernador de Córdoba. Y que De la Sota no lo había llamado a su celular que mostró en cámara. ¿No había visto los saqueos por televisión el jefe de gabinete? ¿Estaba mirando 678 eterno? ¿O Cristina le ordenó que dejara que De la Sota se cocinara en su propia salsa? ¿Le habrá dicho que se joda el gallego sin que le importe la vida de los cordobeses entre los que hay kirchnerista por supuesto? ¿Cual fue el objetivo de semejante muestra de mezquindad y ánimos de venganza?

¿Tirarle una anchoa en el desierto al gobernador que enfrentó a los K? ¿Castigar a los que se plantan con opiniones distintas? Otra vez apareció con mucha contundencia la génesis del kirchnerismo que es el revanchismo y la reducción a la servidumbre de todos. Le duró muy poco tiempo la autonomía racional y dialoguista al Coqui. No le aguantó ni un par de rounds a la mano dura de Cristina. Capitanich aceptó ese lugar porque vio que era una vidriera para mostrar sus dotes de peronista flexible capaz de acordar con todos sin autoritarismos ni ataques. Apostó a que lo dejaran hacerse conocer a nivel nacional y a ser el candidato a presidente en el 2015. Eso impactó en las posibilidades de Daniel Scioli. Pero ahora, el gobernador de Buenos Aires debe estar sonriendo satisfecho.

Porque Cristina en lugar de abrirle un crédito a Capitanich ayer le cerró la puerta en la cara. Era raro que Cristina dejara crecer a Capitanich. No es su estilo. En general pisan todos los brotes y no dejan florecer mil flores como reclamaba retóricamente Néstor. Como suele ocurrir cuando uno exhibe sus miserias en público, el gran perjudicado, el que más costo político pagó ayer, fue Capitanich. A De la Sota lograron victimizarlo. Un humorista típicamente cordobés como el Chichilo Viale lo dijo sin reirse: «El gobierno nacional nos tiró piedras en lugar de soluciones. Cuando escuché hablar a Capitanich sentí un poquito menos que asco».

Más cristianas pero igualmente críticas fueron la palabras del obispo auxiliar, Pedro Javier Torres. Dijo que las palabras del jefe de Gabinete que en realidad fue un chirolita de Cristina, fueron lastimosas. Y las del sacerdote fueron las palabras que más lastimaron al Coqui que se siente orgullosamente un cuadro de la Iglesia. Aquella columna del martes 26 teminaba preguntando lo siguiente sobre Cristina: «¿Permitirá que Coqui crezca y sea su heredero o solo utilizará sus servicios y después lo tirará por la ventana de la historia? Cosas vederes, Sancho.

Ayer fue el día del fin del luto de Cristina. ¿Habrá sido el comienzo del fin de Capitanich tal como lo conocemos? ¿Habrá nacido Cokristina? Habrá más noticias para este boletín.

(*) Periodista y analista político. Columnista del programa radial “Bravo punto Continental”.