Impunidad

Ayer, martes 13, se conoció una absurda y deprimente noticia que reafirma que en este país los poderosos, amigos de
los poderosos, socios de los poderosos, empleados de los poderosos, cómplices de los poderosos y otros tantos de esa estirpe privilegiada, gozan de buena salud.

Otra vez el Poder Judicial volvió a defraudar. Más allá de que cumplió al pie de la letra los términos de una ley  excesivamente benévola por cierto, la sociedad sintió que el más obsceno de los corruptos está a un paso de obtener su libertad, con la firma de los magistrados que integran el Tribunal Oral Federal 1.

Sentenciado por enriquecimiento ilícito a una pena de siete años y seis meses de prisión, por el todavía sorprendente escándalo de intentar esconder a media noche, en un convento de General Rodríguez (en junio de 2016), bolsos con 9 millones de dólares, el ex secretario de Obras Públicas de la Nación, José López – de él se trata-, podrá en breve volver a codearse con la sociedad por haber cumplido dos terceras partes de su condena.

Sólo resta un trámite, pagar una caución real de $85 millones (unos 600 mil dólares blue), pero su defensa intentará que salga sin bajar un solo centavo. Y pedirá que sea liberado bajo  palabra, condición que ya obtuvo en la causa “Cuadernos de la corrupción” en la que está procesado y en la que declaró como testigo arrepentido.

Creencias religiosas, supersticiones, la mitología, la astrología, incluso la historia, situaron al martes 13 como una jornada de malos presagios. Ayer, en Argentina, se escribió otro capítulo:  el martes 13 sinónimo de IMPUNIDAD.