Por Juan Pablo Itoiz (*) – Diario Democracia de Junín
La polémica generada por las declaraciones de Facundo Manes demuestra la poca tolerancia a las críticas, el bajo nivel de la discusión pública en Argentina, y dentro de Juntos por el Cambio en especial, y la reacción corporativa de ciertos sectores de nuestra coalición fogoneados por el accionar de periodistas y comunicadores ciertamente militantes.
Seguramente Manes, podría haberse referido de otra manera, o utilizado otro tipo de consideraciones respecto al gobierno del presidente Macri, o ser políticamente correcto, pero, expresó lo que muchos piensan y no se animan a decir.
Cuando Macri o cualquier otro dirigente afín, se refieren de manera descalificante o sarcásticamente a la UCR, respecto a los líderes históricos de nuestro partido, como el caso de Hipólito Yrigoyen, o menosprecian lo que el radicalismo representa en el sistema político argentino también lesionan el funcionamiento de Juntos, pero eso no tiene el mismo impacto mediático.
Por supuesto que hoy el radicalismo expresa un desafío para los sectores más conservadores de nuestra coalición y para aquellos que pretenden mantener el statu quo. Como decía Bertolt Brecht “no hay nada más reaccionario que un burgués asustado”.
Más allá de la virulencia de la respuesta, debemos hacer el ejercicio de pensar en que la fortaleza debe estar puesta en saber interpretar y canalizar el significado y el alcance de los cambios que la Argentina necesita para volver ofrecer un futuro de progreso y desarrollo.
La libertad de expresión, el libre intercambio de las ideas políticas y el debate interno no dañan, sino todo lo contrario, fortalecen. Eso es posible si cada uno de los espacios internos asume que los principios y valores que nos unen son superiores a nuestras diferencias.
El año pasado, dimos una muestra de madurez con la participación en las elecciones PASO, que, pese al cuestionamiento de algunos sectores, incluso locales, nos permitió demostrarle a la sociedad que, a pesar de haber perdido en el 2019, Juntos podía reorganizarse y ser nuevamente una opción electoral.
También quedó demostrado que la Unión Cívica Radical no tiene más un rol secundario, sino que se fortaleció, que produjo un recambio dirigencial y que está en condiciones de liderar Juntos por el Cambio y encarnar una opción de gobierno en todos los niveles.
Sin dudas las preocupaciones de la gente pasan por otro lugar: la inflación, la inseguridad, la falta de certidumbre respecto al rumbo de la economía, la tragedia educativa; en definitiva, el desastre del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, encabezado por Alberto Fernández, hoy un presidente decorativo, y Sergio Massa ponen el foco sobre la oposición, ya que hay una expectativa de un posible triunfo electoral, con la gran diferencia que los acomodamientos internos de Juntos no dañan a nadie y la responsabilidad política de gestionar es del Frente de Todos.
Creo que hay que sacarle dramatismo a las declaraciones y debatir sobre qué propuesta o programa vamos a ofrecerle a la sociedad el año que viene.
(*) Presidente del Comité UCR de Junín.