21-05-2015

Viva la Pepa

Por Juan Rezzano (*)

Juan RezzanoEstoy desde bien temprano en Valentín Alsina, partido bonaerense de Lanús, en el sur del GBA, parapetado detrás de un árbol de tronco grueso justo enfrente de la panadería de El Panadero Napolitano, el sacado que les tiró el gas pimienta a los jugadores de River en la Bombonera. Mi plan es secuestrarlo y encerrarlo en casa, como hace Pablo Rago en El secreto de sus ojos. Me traje un bidón de lavandina para reducirlo aplicándole algo parecido a su propia medicina.

Me decidí a encarar esta misión –que asumo casi como una carga pública- después de leer los diarios esta mañana. Con dos títulos me alcanzó para tomar coraje:

Superclásico: “el Panadero” no irá preso, aunque confesó su agresión

El barra del escándalo confesó y la Justicia lo eximió de ir preso

Más claro echale agua: el tipo debería ir en cana, pero este ispa es una joda.

Hace un rato le conté mi plan a un amigo por uasap. Se puso loco. Me dijo que soy un tarado. Y me dijo:

– El tipo no tiene por qué estar preso, porque el delito que se le imputa es lesiones leves, y es un delito excarcelable, como todos los que tienen penas mínimas de hasta tres años de prisión.

Yo le dije que una periodista dijo lo mismo esta mañana en la tele, pero que dijo que eso es así “aunque no nos guste”. Y a mí, efectivamente, no me gusta. Y mi amigo me salió con esto:

– Que no te guste no quiere decir que haya que hacer otra cosa que lo que dice el Código Procesal Penal, que además dice desde el arranque nomás que “toda disposición legal que coarte la libertad personal, que limite el ejercicio de un derecho atribuido por este Código, o que establezca sanciones procesales, deberá ser interpretada restrictivamente”. Porque la legislación penal no está para favorecer el poder punitivo del Estado, sino todo lo contrario: está para ponerle límites y entonces para evitar que el Estado abuse de su poder.

Panadería NapolitanoPero yo le dije lo que dijo un movilero de la tele esta mañana: que el panadero éste no es que solamente jodió a los jugadores con el gas pimienta, porque también jodió a los demás hinchas de Boca y al club porque por su culpa a los bosteros les cagaron la clasificación en la Copa, o sea que además del daño físico a los jugadores les produjo un daño moral a los hinchas y un daño deportivo y económico al club. Y me dijo que no sea pelotudo, que una cosa es el culo y otra, el mes de agosto. Que para eso están las sanciones administrativas y las multas y no sé qué verga más. Y me salió después con esta sarasa:

– Fijate qué buen ejemplo de cómo los medios pueden fabricar o, en todo caso, alimentar un estado de ánimo colectivo, sea voluntaria/maliciosamente o por ignorancia. Parten de una premisa falsa, que es que el tipo tendría que estar preso, y te dicen que a pesar de eso está libre. Conclusión inexorable: este ispa es una joda.

Claro, vos porque sos kirchnerista, le dije yo, y le dije: a los kirchneristas les encanta negar los quilombos y echarles la culpa de todo a los medios, como que todo es un invento desestabilizador. A mí no me tomés de pelotudo.

Me hinchó las pelotas, mi amigo. Y lo eliminé del uasap. Que la chupe. Yo me quedo acá. Ese delincuente ya me va a conocer.

(*) Periodista. Co-conductor de «El Cafecito», por 221 Radio (103.1)