Roberto Lavagna y Juan Manuel De la Sota rechazaron los ofrecimientos del gobernador bonaerense y plantearon que no le darán su voto en la segunda vuelta.
Una vez conocidos los resultados electorales del domingo, con un Frente Para la Victoria golpeado por la performance de Cambiemos, desde el kirchnerismo comenzaron a hacer números y a buscar tender puentes con un principal destinatario: Sergio Massa.
Ya el lunes salieron a correr rumores de que el sciolismo le había ofrecido a los laderos del líder del Frente Renovador, Roberto Lavagna y Juan Manuel De la Sota, ser ministro de Economía y Canciller, respectivamente, a cambio de apoyo para la segunda vuelta.
Sin el embargo, el propio Massa —con duros cuestionamientos al gobernador bonaerense— se encargó de tirar por tierra esta posibilidad. Y en esa línea se expresaron los protagonistas de la negociación trunca.
«Me han llamado en nombre de Scioli para ofrecerme el Ministerio de Economía», indicó Lavagna en declaraciones al diario El País de España, pero confirmó que «yo les he dicho que no cuenten conmigo para nada, que no voy a aceptar ningún cargo”.
En ese sentido, el exministro de Néstor Kirchner sostuvo que “Scioli se ha entregado al kirchnerismo, no creo que pueda cambiar, aunque con tal de conservar el poder son capaces de cualquier cosa».
Por otro lado, si bien había reconocido estar dispuesto a dialogar, finalmente el De la Sota siguió la postura de sus compañeros de partido y se mostró en contra de la posibilidad no solo de una acuerdo, sino también de inclinarse por el candidato del oficialismo.
«Yo soy peronista de toda la vida. Yo no voy a votar por Daniel Scioli por más que haya tenido con él una buena relación porque para mí votar por Scioli es votar por Carlos Zannini con quien hemos tenido una pésima relación estos años. Votar por Scioli es votar por la gente que nos ha tratado muy mal», planteó el gobernador cordobés.
Sin embargo, evitó dar algún otro tipo de definiciones y reconoció que «no hay nadie que tenga transferencia de votos, hoy aquí daremos una opinión y después la gente hace lo que quiere».