El ex ministro de Economía puso plazo fijo, “a mediados de año”, a la posibilidad de subirse a la pelea por la presidencia. Además, dijo que con el líder del Frente Renovador “pensamos diferente”.
Dos definiciones contundentes: 1) “Pensamos diferente”, dijo para diferenciarse de Sergio Massa. 2) «El riesgo es que en octubre tengamos que elegir de vuelta entre lo mismo». El ex ministro de Economía Roberto Lavagna rompió un largo silencio durante el que se barajaron múltiples versiones, que él mismo se encargó de alentar con gestos y encuentros con personajes “top” de la política en lugares turísticos de alto impacto, sobre su eventual candidatura presidencial, que ahora – y esta es la gran novedad- tiene plazo fijo: “sobre mediados de año, uno debería saber con claridad si nuestra construcción se constituye en alternativa electoral”.
En esa línea, rechazó de plano participar de una primaria – porque busca «construir algo más amplio»- y disparó que «una enorme cantidad de argentinos no quiere tener que votar entre los dos extremos. Eso abre un camino, una demanda, y habrá que ver si los sectores políticos, empresarios, sindicales, intelectuales somos capaces efectivamente de articular una respuesta a esa demanda que viene de la población».
En declaraciones a la radio FM Milenium, consideró que «cuando uno está buscando un gobierno de unidad nacional (como el que propone el economista), no está buscando unanimidad» pero sí «una base de sustentación conformada por ideas económicas y de valores».
Además, planteó que esa base debería involucrar a «sectores del justicialismo, sectores del radicalismo, partidos como el socialista, otros partidos más pequeños de provincias, sectores del PRO, porque no todos piensan igual en el PRO y esto es evidente», como así también «muchísima sociedad civil, independientes de los más diversos sectores».
Para Lavagna hay «dos gobiernos que han fracasado, particularmente en lo que tiene que ver con el bienestar de la población», por eso «el riesgo es que en octubre tengamos que elegir de vuelta entre lo mismo».
Por eso propuso que «más allá de las candidaturas» hay que «ver cómo se logran ciertos consensos que nos permitan salir de ese permanente péndulo entre dos extremos, uno muy marketinero y otro muy pseudo ideológico que para los argentinos no han dado resultados».
Por otro lado, el economista descartó de plano la posibilidad de participar en una interna en la que se dirima la candidatura de ese posible espacio alternativo de unidad. «Participar de una primaria sería contraproducente respecto de la idea central que estoy señalando. «¿Qué sentido tiene que alguien participe de la interna de un partido político y después pretenda imponerla al conjunto? No tiene sentido; son cosas incompatibles», aseveró.
En la entrevista, con la que rompió el silencio luego que distintos sectores fogonearan la posibilidad de su candidatura presidencial, el economista contó que «desde el punto de vista filosófico», siempre había «defendido las ideas del justicialismo», pero sostuvo que, «después, en la práctica, el justicialismo es otra historia».
Por otro lado, dijo que si bien la relación personal siempre fue buena con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, en materia política piensan diferente: «Massa piensa en una expresión más ligada a un sector del justicialismo, mientras que yo sigo pensando en la necesidad de construir algo más amplio».
Además, señaló que si bien no tiene «una fecha específica» en el horizonte, sí cree que, «claramente, sobre mediados de año, uno debería saber con claridad» si la construcción que pregona se constituye en alternativa electoral.