18-03-2015

Se acelera la carrera por la sucesión de Bruera

La convergencia de macristas, lilitos y radicales impactó en el massismo platense y disparó la carrera por la candidatura a intendente del espacio.

Claudio Pérez Irigoyen - Ernesto Sanz - Mauricio Macri

Claudio Pérez Irigoyen junto a Ernesto Sanz y Mauricio Macri, en un primer flyer que aparece en su recientemente construido Facebook de campaña.

El triunfo de la posición de Ernesto Sanz en la convención del radicalismo, aceleró en La Plata la carrera por la sucesión del intendente Pablo Bruera.

El nuevo escenario nacional cayó como un balde de agua fría en la anquilosada política platense, que en estas primeras horas post Gualeguaychú empieza a salir de su asombro y a tejer insospechadas alianzas que pueden derivar en la construcción de un candidato potable para derrotar a la desgastada gestión bruerista.

Por lo pronto, el massismo en sus múltiples variantes acusó el impacto que le propinó el nacimiento de la sociedad Pro-UCR-Coalición Cívica. La vertiente que se encolumna detrás de Sebastián Galmarini (Oscar Vaudagna, Carlos Melzi, Marcelo Chubito Legizamón y Alberto Delgado), al igual que Juan Amondarain y su candidato local, José Ramón Arteaga, tienen claro que fueron corridos a un inesperado papel secundario en la disputa por la intendencia.

Encuestas en mano, las huestes de Mauricio Macri despliegan euforia y exitismo, mientras que los radicales sueñan con volver a jugar en las grandes ligas, lo que en el plano local se traduce en recuperar la comuna.

En la danza de nombres de cara a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), por el Pro suenan los candidatos de siempre: Julio Garro, Julio Irurueta, Mariano Penas y con menos fuerza, el presidente de la Fundación Pensar, Eduardo Di Marco. En algún momento se especuló con Federico Sturzenegger, pero el economista ex presidente del Banco Ciudad, hoy legislador porteño, no acredita domicilio en La Plata que lo habilite para subirse a la carrera.

En la UCR, en cambio, la ausencia casi absoluta de nuevos dirigentes con peso específico, obligó a los arquitectos electorales – Federico Storani y Javier Quinterno- a buscar en el arcón de los recuerdos y reflotar a la arena política al ex concejal Claudio Pérez Irigoyen, un prestigioso médico con el que esperan seducir sobre todo al electorado de clase media en el casco urbano y en los barrios más acomodados de la Ciudad, mientras que la otra variante del centenario partido viene de la mano del ex diputado provincial Claudio Panella.

Desde la Coalición Cívica, Oscar Negrelli y Javier Mor Roig, también aspiran a cortar la ejemonía peronista en La Plata, que ya lleva 24 años en el poder, desde que Julio Alak venció a Quinterno en los comicios de 1991, sucedió a Pablo Pinto en la jefatura comunal y abrió paso a seis gestiones consecutivas del PJ con sus matices.

Pero en esta convergencia de macristas, boinas blancas y lilitos, empiezan a sonar o a sospecharse sociedades impensadas. Los operadores consultados aseguran que la conducción del Pro, consciente de la ausencia de un candidato propio fuerte, prefiere relegar la intendencia y quedarse con el primer escalón en la lista de senadores provinciales.

Vanos fueron los intentos de Macri por convencer a Juan Sebastián Verón y al Mellizo Guillermo Barros Schelotto. Sin jugadores de fuste, entonces, a la estrategia del Pro nacional, la que sólo tiene en mente la candidatura presidencial de Mauricio, no le desagrada la opción de encontrar en las otras fuerzas que conforman el espacio, a un candidato que arrastre votos de abajo hacia arriba.

Y ahí es cuando crecen las posibilidades de las opciones de extracción radical, mal que le pese a Garro que sueña con ganar las PASO y convertirse en el candidato de la nueva sociedad política.

Mientras algunas fuentes aseguran que el Pro jugaría por debajo de la mesa a favor de Mor Roig, otros descalifican la especie y hablan de un candidato “tapado” al que intentan convencer, hasta ahora sin suerte.

Los que advierten que sus chances son nulas, como Irurueta, ya juegan de acompañante, en este caso del radical Panella “con quien viene manteniendo contactos fluidos desde hace tiempo”, según reconoció en una gacetilla de prensa.

Poco trascendió de las estrategias de Negrelli y Mariano Penas, aunque se descuenta que pretenden ocupar espacios en el futuro armado de un sector que, en este arranque, se esfuerza por mostrar cierto paladar negro, al tabicarle el acceso al exbruerista histórico, hoy deambulando en el massismo, el expresidente del Concejo Deliberante, Javier Pacharotti.

Rápidos de reflejos, los armadores de Pérez Irigoyen organizaron para este jueves el primer mitin de campaña. En “Viva la vaca”, la parrilla de avenida 44 e/150 y 151 – camino a Olmos-, esperan sumar a 400 militantes dispuestos a poner el hombro por la candidatura del médico radical.

En los mentideros del viejo partido garantizan la presencia de figuras emblemáticas. Descartan que Sanz, Enrique “Coti” Nosiglia y Fredi, no faltarán a la cita; apuestan a que uno de los principales operadores de Macri, el ministro de Gobierno porteño, Emilio Monzó, también desembarcará en La Plata y aseguran que esa convocatoria representa la “bendición” de Pérez Irigoyen como la síntesis de los dos partidos. ¿Será?